martes, 16 de febrero de 2010

domingo, 14 de febrero de 2010

El Padre prodigo

Queridos amigos, leamos Lucas capitulo 15 a partir del versiculo 11. Es la parabola comunmente conocida como "del hijo prodigo".
No puedo contar la cantidad de veces que la lei. Pero creo que, aunque me conmovio siempre y hasta me provoco algunas lagrimas, nunca entendi el mensaje que hoy acabo de recibir : El del Padre prodigo.
Me imagino la situacion : un padre a quien su hijo traiciono lo mas gravemente que pudo. Un padre que daba a su hijo por muerto. Que dolor tan grande tiene que haber sentido el padre de la parabola !!! Pensemos en el como un padre humano por el momento. Un padre que siente dolor porque su hijo no entiende nada, porque es traicionado. Veamos que el padre se deja traicionar, se deja robar por su hijo. Le permite partir, aunque todo esto con un dolor callado en lo mas profundo de su corazon. Un dolor que quizas no compartio con mas nadie, ni siquiera con su otro hijo, al cual se volco con un amor siempre grande y con el cual compartia todo.
Ahora este padre tiene un secreto : esta siempre detras de la ventana, porque quizas...
Alberga un hilo de esperanza : mira el camino por el que partio ese hijo lleno de su oro y siente tristeza, una tristeza infinita, que habria llevado a muchos padres a endurecer el corazon y cerrar toda posibilidad de reconciliacion. Es un gran dolor. Pero a este padre le lleva a mirar por la ventana.
Quizas un dia... quizas...
Y mira y no se cansa de esperar. El otro hijo nada sabe. Continuan la vida familiar. Se levantan temprano, trabajan la tierra, comen, duermen. Ese hijo mayor trabaja duro para su padre a quien ama doblemente porque sabe que ha perdido al otro hijo. El hijo mayor lo da por muerto, pero ademas esta haciendo el doble esfuerzo, y todo por  compensar el vacio que el otro hijo dejo en la vida de ese padre.
Un dia de tantos, pasado mucho tiempo ya, el padre tiene mas canas que antes, las canas que vienen de sufrir y esperar, y ve que en el camino que sus ojos han recorrido cientos de miles de veces, una silueta lejana se perfila. Una silueta que, una vez mas, espera que sea familiar. Y, para su asombro quizas, esa forma de caminar que el ha recordado tantas veces en sueños, se hace realidad, se esta acercando. No puede retener la emocion que le embarga, que le hace temblar despues de tantos años. Su corazon quebrado parece que va a revivir. Es su hijo al que daba por perdido para siempre !!! Es el quien viene andando con paso fatigado. Se nota que ha adelgazado, su ropa esta hecha jirones !!!
"Es mi hijo ! " , piensa conmovido y, pese a que sus piernas son mas viejas, estas recobran una fuerza ya olvidada  y corre... corre porque no puede esperar mas... ya ha esperado demasiado, ya no quiere perder un instante mas lejos de su hijo ...
El hijo no se da cuenta de nada. Ve a su padre venir y piensa que va a recibir una sarta de reproches, tan mala conciencia tiene.  Quizas nunca entendio al padre, quizas solo puede recordar su sentido de justicia o simplemente se siente el mas indigno de los hombres... porque lo es.
Pero hay algo curioso en esta conversacion que se sucede: el hijo dice las palabras que ha venido recitando durante todo el camino, palabras de arrepentimiento, y tambien palabras de pedido de clemencia, aunque una clemencia limitada, ya que no se ve como digno de recibir nada mas.
Alli esta la clave : el hijo no se ve como digno, no piensa que sera recibido con amor, ni siquiera despues de que el padre lo abraza y lo besa !!!
La fe del hijo es poca, sabe que su padre es justo y cree que el padre le dara un lugar entre los servidores, porque no puede esperar nada mas, siendo que hasta ser servidor en casa de su padre es un privilegio del cual perdio el derecho al traicionarlo, al vivir como se le antojo, sin considerar que heria grandemente a su progenitor.
El padre oye, si, porque no puede dejar de absorber el sonido de aquella voz que el extrañaba tanto, esa voz que durante años no escuchaba. Como le conmueve el que su hijo haya venido, pero aun mas con el corazon contrito y en actitud humilde  !!!!!!
Como se le revuelven las entrañas, mas de lo que pensaba antes, pues solo pedia volver a ver a su hijito, ese era su sueño, y he aqui que este le es doblemente concedido, pues vuelve y arrepentido !!!
El amor del padre no puede mas !!!!
La conmocion del padre es muy fuerte !!!!
Entonces no responde a su hijo directamente : Llama a sus siervos : Demosle el mejor traje de la casa, vistamoslo de principe en esta casa, pongamosle el anillo del honor y los zapatos comodos y lujosos para sus pies cansados. Y comamos el mejor de todos mis becerros, el mas gordo, el que guardabamos para una gran fiesta. Pues este es el dia en que revivio mi corazon. Es hoy y no otro.
Es el dia en que vuelvo a vivir, yo el padre porque tengo a mis dos hijos otra vez conmigo.
Y ese es el padre que se asemeja al Padre de los Cielos.
Nunca antes habia comprendido que el Padre Celeste no se parece en nada a los padres terrestres, aunque si a este padre excepcional de la parabola.
Ese Padre cuando vamos a El con un corazon humilde y arrepentido, ya nos esperaba. Ya estaba mirando desde la ventana celeste, con corazon compungido, con nostalgia porque lo habiamos olvidado. Ese Padre estaba triste y cuando nos arrepentimos revivio en su alegria. Corrio  a abrazarnos y nos beso. No envio a un angel a hacerlo, no envio un sirviente a hacerlo : vino El mismo a hacerlo pues no aguantaba mas, no podia esperar un minuto, un segundo mas. TAN GRANDE ES SU AMOR POR MI Y POR TI.
Es un amor que no juzga. Es un amor que olvida lo que hayamos hecho. Es un amor que solo quiere vestirnos de oro y piedras preciosas, es un Amor que no cambia, nada de nuestros errores podra hacerlo cambiar.
Ese es el Padre del que habla la parabola. El que prepara una fiesta y adereza banquete delante de nosotros (salmo 23). Y no escucha otras voces, como tantas veces pensamos : las voces de acusacion, por mas que ellas sean legitimas. Porque en el corazon del Padre tu y yo ocupamos un lugar. Cada uno el suyo. Y cuando uno de esos lugares esta vacio, hay dolor.
No hay que ganarse ese profundo Amor. Siempre esta esperandonos.
No hay que justificarse delante de El : la justificacion la preparo El, porque nos amaba tanto : en su Hijo. Jesus, el fue preparado para ser nuestra justificacion... porque el Padre lo preparo : TANTO NOS AMO.

sábado, 6 de febrero de 2010

La soledad y Dios

La soledad es uno de los males más comunes en el siglo en que vivimos,
No hablo de la falta de amigos, aunque muchas veces la incluye, sino de esa melancolía que rodea a todo ser humano en un mundo negativo. Me animaría a afirmar que hasta se estimula ese espíritu de tristeza en nuestro entorno. Tristeza por lo que hemos perdido. Tristeza por lo que no hemos alcanzado. Tristeza por los errores que hemos cometido. Tristeza por las heridas que alguien ha provocado. Tristeza por las posibilidades que imaginamos serán las consecuencias de nuestros pasados o presentes desatinos.
Tristeza, simplemente. Y esa melancolía, de la cual yo misma he sido víctima infinidad de veces, nos conduce a hablar menos con la gente, a estar menos sonriente, a no tener ganas de compartir. Nos aísla.
Hay una canción preciosa de Doris Machín, una cantante cristiana, que habla de volar como las águilas.
Y vaya que tenemos necesidad en más de una ocasión de subir a las alturas.
Las águilas, como es bien sabido, son los pájaros que vuelan más alto, y al mismo tiempo poseen la vista más aguda para, aún desde esos lugares perdidos de los cielos divisar sus presas con la precisión de un telescopio.
El águila es fuerte y sublime. Un animal admirado por quienes la conocen. Pero fijémonos que casi siempre VUELA SOLO.
Por qué será que Dios nos habla de que los que esperamos en él levantaremos las alas como las águilas?
Dios compara la libertad de nuestro espíritu cuando es guiado por el Suyo, a la de estos pájaros únicos en toda la creación.
El águila vuela sola porque las alturas no son para todos. Porque llegar allí tiene un precio : estar a solas con Aquel que nos liberta. Nos separa por momentos del resto del mundo.
Es en esos momentos de intimidad con el Maestro que retomaremos fuerzas, las fuerzas del águila, las fuerzas del león, las fuerzas que solo pueden provenir de Dios mismo. Y luego de haber volado con El a lugares infinitos de un azul purísimo, nos dirá : ahora puedes descender, ahora puedes bajar al mundo, porque te he quitado el polvo del camino. Te he limpiado de todo pensamiento que te estorbaba, he tomado tus cargas como Mías.
La soledad del águila no es verdadera soledad. Vuela con la mirada fija en el firmamento, vuela en libertad. Así nosotros, volando con el Señor, acompañados por su ternura infinita y en la presencia de Sus Pensamientos Unicos y Privilegiados "cambiaremos nuestra vieja manera de pensar", renovaremos nuestro entendimiento. Creeremos de nuevo. Tendremos esperanza. Apuntaremos a metas más elevadas. Nos pondremos objetivos que nos parecían incalcanzables.
Subamos a las alturas que Dios propone. No temamos a la soledad con Dios, que no nos abandona. No temamos cuando El nos lleva a lo alto de la montaña, donde nadie más nos escucha, donde casi obligadamente fuimos, porque no nos quedaba más remedio, ya que empezábamos a sentir la angustia en un mundo que no ve más allá de su nariz. No temamos.
Porque no será para siempre que nos aislará. Es para darnos la visión, después de la cual tendremos la Victoria, sobre lo que antes de ese tiempo con El, nos impresionaba como invencible.
"He aquí aue no se ha acortado la mano del Señor para salvar, ni se ha agravado su oído para oír" Isaías 59 .1

viernes, 5 de febrero de 2010

Gloria, humildad, orgullo y merecimientos

"No a nosotros, oh Jehova, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria. Por tu misericordia y por tu verdad." Salmos 115 : 1
Para todo cristiano que se precie de tal, la Gloria nunca puede ser para sí mismo. Es decir, los méritos de lo que realice, los éxitos que obtenga, las victorias y la prosperidad, y hasta los milagros que reciba. Todo lo que por gracia y solo por gracia nos sea concedido, y aún lo que conquistemos con la autoridad que Dios  nos ha dado gracias a Su Hijo, TODO, absolutamente TODO, se lo debemos a El.
Eso no quiere decir que, gracias a Su Victoria en la cruz, la Bendicion del Señor, que enriquece y no añade tristeza con ella, no nos pertenezca sino todo lo contrario : El nos la ofrece y nos pertenece a nosotros la decisión de declararnos poseedores de ella o no. Como con la salvacion, las otras victorias del camino se reciben por fe, y no por nuestros esfuerzos humanos.
Justamente allí esta el punto. La Bendicion la recibo por fe, es decir, no por mis méritos, no por ninguna buena obra que yo haya hecho, no por alguna de mis capacidades naturales las cuales sin la intervencion de Jesucristo en mi vida no podrían recibir el Poder de Dios.
Como bien dice el apostol Pablo : "Porque, quién te distingue? o que tienes que no hayas recibido? y si lo recibiste de que te glorias como si no hubieras recibido?" ( 1 Co. 4:7)
Es decir que, si yo, cristiano, me estoy ya "creyendo" que algo de lo que obtuve fue gracias a mis grandes dones, a mis capacidades, a mi grande inteligencia, a mi grande fe, y en esto me apoyo  para obtener un cierto orgullo interno, el placer de que lo obtuve yo, no que Dios me lo dio, pues estoy pecando de soberbia.
Pero, como, hermana? me diras, Dios nos dio la victoria y somos nosotros por fe quienes la aceptamos o no. Es un acto voluntario. Si, la victoria la acepto y la recibo por fe y por declaraciones de fe sobre lo que crei. Pero eso no quiere decir que no sea El y solo El quien hizo todo. En definitiva, que aun mis victorias, si son tales, son de El.
No a nosotros, oh Señor, y no a nosotros sino a TU GRANDIOSO NOMBRE, sea toda, si, dije bien : TODA LA GLORIA. Para siempre y siempre