sábado, 16 de enero de 2010

Tiempo con Dios

¡Cuánta necesidad hay en nuestra alma de pasar tiempo a solas con el Señor!!!
Solo El nos conoce plenamente y solo en El podemos descansar.
Hoy quisiera entrar un poco más en el salmo 23 versiculo 2 : "En lugares de delicados pastos me hará yacer" ( o descansar).
Me gusta mucho la versión antigua (1909), que nos describe la acción del Señor: me hará yacer. Nosotros decimos que los que yacen son los muertos. Es decir : su cuerpo está en una posición desde la que no se puede mover.  Y no lo digo solo en sentido figurado, sino que nos haría mucho bien en casa y a solas tomar la posicion total de descanso con el cuerpo, para hacernos gráfica en la mente y para que nos impregne el alma la idea y el sentimiento de que estamos en una posición totalmente vulnerable delante de Dios.
Me viene a la mente la alimentación de 5000 y de 4000 que se cuenta en los evangelios.
El Señor antes de hacer el milagro los hizo recostar sobre la hierba.
Me pregunto por que sería. Y quizás no me equivoque al pensar que era una actitud de confianza total en lo que haría el Señor Jesús, cuando era imposible, humanamente hablando, dar de comer a tanta gente con tan poco. Y notemos que la primera vez nunca había hecho esa demostración asi que nadie sabía qué pasaría. Sin embargo en la segunda Jesús manda a la gente hacer exactamente lo mismo. En fin, es un tema para meditar.
El hecho es que este salmo nos habla de esa situación en la que, para tomar contacto con El debemos recostarnos sobre Sus delicados pastos. Debemos colocarnos en una posición de vulnerabilidad, indefensa, con la confianza que tiene el hijito amado con su Padre amoroso y gigante.
Esa actitud de corazón abierto, que no esconde nada, que muestra la verdad y confiesa no solo los pecados sino las aflicciones y las cargas y preocupaciones, es la actitud exacta en la que El puede obrar.
Porque "al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios". ( salmo 51 : 17b).
De entrada a nuestra naturaleza humana, acostumbrada a intentar por todos los medios de protegerse en un mundo hostil y agresivo, no le gusta esto de abrir el corazón, de que dar completamente desnudo ante los ojos de alguien en el alma.
Es demasiado riesgo. Podría salir herido, pensamos.
Pero El es bueno. Con El sí podemos hacerlo.
El no se reirá, ni nos pondrá en ridículo. El no dirá: pero ¿para esto me estás molestando?
El no pensará que somos unos inútiles y que siempre estamos necesitando volver a comenzar de cero.
No. Por el contrario : Ese es el camino para iniciarnos en la visión de las cosas desde otro plano. Se comienza en humildad, reconociendo lo que se es delante de Aquel Perfecto Pastor de Amor Eterno.
Hay una puerta hacia lo sobrenatural que con la mente carnal no podemos comprender. Para que la visión nos sea dada el primer paso es abandonarnos en Sus Brazos.
Y luego tendremos conciencia de las heridas que nos están impidiendo alcanzar la visión de Dios.
Esas heridas no pueden continuar si queremos que nuestra vida cambie.
El que fue herido por mí, sabe y quiere curarme.
El que se entregó en mi lugar, el que me amó como nadie en esta tierra sabe amar, me rescatará y me transformará.
Y para ello me reconfortará primero. Me dirá: no te desalientes, no te mires a ti mismo. Yo hago por ti lo que te era imposible.
Entonces se abre la puerta. Y El es " la puerta".
Hay algo más allá de lo que siquiera puedo imaginar.
El es mi guía. El me llama por mi nombre, en particular y me guía a pasar al otro lado, donde hay pastos en abundancia y no tendré sed jamás.