lunes, 21 de noviembre de 2011

La dama gris

La dama gris es una serie de tres películas de fantasía, aptas para todo público. Tiene muchas escenas de fantasía pura, para decir la verdad. Sin embargo, el trasfondo de la película contiene una enseñanza apta para contagiar a los cristianos.
Esta mujer joven llega a un pueblo donde solo le cae bien a una familia. El resto de la comunidad la mira como a un objeto raro, como a una extraña, como a alquien que no podrá jamás pertenecer a ese lugar. ¿Te suena familiar eso? A mí, sí.
No sé cómo hace esta mujer para ver más allá de la apariencia y descubrir las necesidades profundas que tiene la gente. Y de alguna manera logra que ellos encuentren la manera de solucionarlas. Así, poco a poco, sembrando pequeñas semillas de amor y comprensión, va conquistando a cada uno de los habitantes del pueblo, hasta que la gente empieza a quererla y aceptarla.
Ella se niega a aceptar el echo de que no es querida. Me acuerdo de una escena en la que casi tira la toalla y dice : "Ya me cansé, me doy cuenta de que este lugar no es para mí." Y empieza a hacer su valija. Pero sucede algo : la necesidad de alguien la llama, y olvida sus paquetes para ir en ayuda de quien, una vez más la recibe.
A partir de ese momento, no permitirá más que el desaliento la domine y continuará sembrando y sembrando, ayudando y ayudando, sin fijarse en la expresión de quienes no aprueban sus métodos o que la miran con desconfianza.
Sin embargo, hasta la dama gris deberá enfrentarse a una dificultad que parece insolucionable. Aún ella, a pesar de que no se deja desalentar, encuentra a alguien que no le cree en absoluto, es más que la considera una amenaza para las tradiciones del pueblo. Es la esposa del alcalde, una mujer con mucha voluntad, y que ha dedicado su vida a hacer de aquella comunidad un lugar decente y bien presentable donde vivir.
En esta ocasión, la dama gris no fuerza nada. Comprende que quizás la esposa del alcalde esté tan embebida en sus asuntos que no puede ver más allá. Sin embargo, aún esta mujer que parece impenetrable y tradicionalista, en algún momento estará en dificultad. Y, adivinen quién vendrá en su ayuda. . . sí, la dama gris, una vez más.
Esta historia a mí me alienta, me inspira y me da alas.
Jesús mismo dice : Ama tus enemigos, ora por quienes te persiguen o hablan mal de ti.
¿Por qué dirá Jesús una cosa así? No, no es para que nos pisen más o nos hagan sentir incómodos. No es para que seamos los raros que siembran en tierra seca y no recogen nada.
Es porque Jesús conoce las necesidades de la gente.
Detrás de una máscára dura, la mayoría de las veces se esconde un corazón herido. La gente no nace endurecida, ni hiriente, ni amarga. Observemos a los niños. ¿Son ellos amargados? ¿Están atados al pasado? ¿Se preocupan por algo? No. Sin embargo  esas personas a las que vemos negativas, algún día fueron como uno de esos niños que hoy ríen jugando en la vereda con inconcencia.
¿Qué pasó entretanto?
Por eso, no sigamos la corriente de este mundo. No copiemos el comportamiento de la gente que no conoce a Dios y que, por lo tanto no tiene un consuelo para sus tristezas o decepciones.
Oremos por quienes vemos que necesitan sanidad interior. De éstos está llena la tierra.
No nos desanimemos ante los muros que impresionan como inexpugnables. Dios es más grande que esos muros. Dios es más poderoso que las heridas que hayan podido sufrir, sean las que sean.

Oración : Padre, me doy cuenta de que no puedo mirar solamente la apariencia en lo que la gente hace. No debo aferrarme a sus actitudes para establecer las mías. Te pido me cambies y me des ganas de interceder por aquellos que me hieren. Consuélales, Señor, dales la oportunidad de conocerte y de saber cuánto les amas.  En el Nombre de Jesús, amén.

La amargura : un enemigo mortal

Si soy sincera, debo reconocer que muchas más son las veces que he reaccionado mal ante diferentes circunstancias que las que he reaccionado bien. Cuando era más joven, aunque algo no se diera como yo esperaba, siempre pensaba : "Bueno, no importa. Esta vez no salió bien, pero la próxima será mejor."
Sin embargo a medida que pasaban los años, y las circunstancias se me presentaban adversas, en lugar de continuar afirmando que todo mejoraría, como que el ambiente negativo fue ganando terreno en mi mente. ¿Nunca te pasó?
Pues bien, he descubierto que esa entrada, que puede parecer pequeña y sin importancia, que le damos al negativismo, puede que al principio nadie más que uno la vea, pero a la larga comenzará a salir y contaminar toda nuestra vida.
No hay nada más feo que ver a una persona que no solo está amargada para sí misma, sino que ya no cree en los buenos esfuerzos de los demás y no aprecia lo que se le da.
Esto se llama pecado, y no porque hayamos herido a alguien más, aunque lo incluye y es una de sus consecuencias horribles, sino porque es primeramente una ofensa a nuestro Creador.
Porque, ¿qué es la amargura, sino permitirnos pensar que Dios no puede o no quiere que seamos felices?
¿No incluye el sentirse amargado, la idea de que Dios no es tan bueno como lo dice la Biblia, o que, en todo caso, no es tan bueno para mí?
Sí, allí está la raíz del problema, la raíz de mi problema y el de mucha gente en este mundo donde el mensaje es : "Seamos realistas, con tus pocos recursos no lo lograrás". "Seamos realistas, tu diagnóstico no tiene salida", "Seamos realistas, es demasiado ingenuo esperar un milagro". Y puede que para un mundo ateo el esperar un milagro sea demasiado pedir, pero no para alguien que conoce al Buen Padre.

Oración :  Padre, hoy reconozco que tengo necesidad de cambiar. Quiero dejar atrás lo amargo que me influenció y te pido quites todo el veneno que he guardado en mi corazón. Quiero empezar de cero y aprender a caminar paso a paso confiando en Ti y creyéndote, porque eres Bueno. Gracias, Señor por estar pendiente de mí y ocuparte siempre de todas mis cosas. Amén.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Sed de Dios

Mi alma es como un cántaro hueco, de por sí vacío. Mi alma tiene sed de algo puro y cristalino, de un bálsamo para aquietar sus incertidumbres. Y conozco Quien tiene el agua viva, pero a veces dejo pasar algún tiempo, y sigo caminando. . . y mi cántaro se va secando, y el polvo va cayendo sobre el agua que fue vertida ayer, y que refrescó hasta el fondo de la vasija.
Entonces en algún momento tomo conciencia, oh Maestro, que tengo sed de Ti, de esas Palabras tuyas que son como un río de agua viva que limpia, que quita todo lo viejo y lo que no servía para nada.
Y voy a Tus Pies y bebo. Y voy a Tus Pies y permito que me quites el polvo, que renueves mi alma y que me des nuevos pensamientos.
¿Por qué esperé tanto?, digo entonces. ¿Por qué dejé pasar el tiempo yendo tras otros consejos, buscando ayuda humana y apoyándome en lo perecedero?
Pero Tú no reprochas nada. Simplemente me recibes una vez más, con Tus brazos abiertos, y tu mirada comprensiva, aunque previniéndome : ¿ No era fácil venir a Mí, hijo, para que te diera vida?
Es una advertencia de consejo, no de reproche. Es como diciéndome : "No me gusta verte sufrir. Previene el dolor. Ven a Mí rápido antes de que eso que te hiere continúe trabajando.
Y entonces la Verdad te hará libre.
Entonces serás como los pájaros, que sobrevuelan las dificultades, y cuando viene el  invierno se escapan hacia donde es verano. Y para ti no habrá frío, ni sed, ni sequedad desierta. Porque Conmigo está el manantial de vida.
Porque Yo vine para que tengas vida, la verdadera vida, y de ésta, en abundancia", dice el Señor.
Autor desconocido