domingo, 3 de junio de 2012

Una razón para vivir

Estamos en una época en la que a veces podemos llegar a sentir que nuestra vida no sirve para nada importante. Que nuestras humildes tareas son insignificantes. Que no somos nadie "renombrado" ni importante para el mundo y que, en consecuencia, nada de lo que hagamos, digamos o pensemos tendrá trascendencia alguna.
A veces podemos llegar a escuchar esa vocecita que anda pululando por ahí, en tantos lados, y con tanta fuerza que ha llegado hasta la iglesia : si tu nombre no es conocido, si no estas haciendo cosas verdaderamente "notables" y "grandes", pues no estas cumpliendo ningún propósito, no estás alcanzando ninguna meta en particular. Pero la verdad es que éstas no son sino ideas falsas, engaños muy sutiles con los cuales el enemigo ha venido minando nuestros espíritus para que sí perdamos de vista que nuestra vida tiene un propósito y que, si bien, quizás no nos toque tener un nombre importante en este momento, o en esta vida, nuestra tarea sí lo es ... a los Ojos de Dios.
La pregunta que debiéramos hacernos, no es : es lo suficientemente importante lo que hago? , sino: Es lo que Dios quiere que yo haga?
Porque si lo que hago es lo que Dios quiere que haga ... entonces para El es grande lo que estoy haciendo.
Tu Padre que ve en lo secreto, El te recompensará en público.
No intentemos hacernos un renombre : busquemos estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado, para Dios. Busquemos saber qué es lo que a El le interesa que estemos haciendo, y entonces sabremos, en lo más profundo de nuestros corazones, y para nuestra gran alegría, que eso para lo que El nos llamó, llevará mucho fruto.