miércoles, 25 de julio de 2012

Justicia divina

Entonces se le acercó Pedro, y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿hasta siete?
Jesús le dice: No te digo  hasta siete, sino aún hasta setenta veces siete.
 Por que razón debería yo perdonar a alguien algo que me ha hecho? Simplemente porque el Señor lo ordena, sería razón suficiente, pero El desea explicarnos e ir más allá de los porqués que nosotros podamos imaginar.
El Señor empieza diciendo: no hasta siete veces, Pedro, mas hasta setenta veces siete. Si te hiciere alguien lo mismo una y otra vez y luego viniera a ti, aunque hayan sido muchas las veces, tu parte no es cansarte y decir : tiro la toalla, basta, ya esto me tiene harto, no. Tu parte, le está diciendo el Señor a Pedro,  es NO CANSARTE. Jajaja. Sí, no me río porque sea ridícula la idea sino porque el Señor tiene buen humor, debe ser porque nunca fabricó raíces de amargura, se mantuvo con conciencia libre de cargas innecesarias, viajó con la mochila liviana. Sus cargas eran otras, eran hacer el bien, reflejar el Amor que había conocido cerca del Padre, esas eran sus ocupaciones.
Pero vayamos más allá leyendo cuidadosamente la parábola del rey que un día decidió arreglar cuentas con sus siervos. Imaginémonos la situación : el rey es ya, por su rango dueño de todo, o al menos lo era en esa época. Si decidía dejar a sus súbditos en la extrema pobreza, quién lo cuestionaría? Pero este rey no era de ese tipo, era un buen rey, tanto que HASTA SUS SIERVOS LE DEBÍAN DINERO, tanto era el crédito que les había acordado !!
Entonces, se nos habla particularmente de uno que debía mucho, era una gran cantidad y no estaba en condiciones de pagar la deuda. Entonces el rey dijo: bueno, para pagarme todo lo que me debes vendere a tu esposa e hijos así como tus tierras y mansiones, y así podrás pagar. Esto me hace pensar en algunas personas que para obtener una excelente posición roban en la empresa o piden más dinero del que puden ganar para devolver después. No era un siervo pobre, era alguien que había derrochado y vivido  muy bien con la plata y el oro de su rey. Ahora el rey le estaba pidiendo cuentas por sus excesos y el siervo no podía devolver. Pero el siervo conocía el corazon del rey. Sabía que si suplicaba y pedía tiempo, el rey le concedería un plazo largo para pagar lo que debía. Y, tal como había pensado, el rey fue magnánimo una vez más, y le concedió el plazo.
Pero hete aquí que este siervo del rey no era el único, había otros, y entre ellos uno en particular a quien este siervo había prestado dinero. El otro, en una posición quizás más precaria que la suya, no había logrado reunir la suma para saldar el capital. Entonces le suplicó que esperara, que si le daba un poco más de tiempo, se lo pagaría todo. Pero este siervo, olvidando que acababa de recibir él también un tiempo adicional, olvidando que él también debía una cantidad grande al rey, no quiso darle tiempo a su consiervo. Fue implacable y el consiervo terminó en la cárcel. Los otros siervos, indignados fueron a contar todo al rey, y el rey, claro está se enojó y se indignó.
Nosotros olvidamos frecuentemente que nuestra deuda ha sido saldada. Costó muy caro, Jesús pagó todo. Debíamos demasiado y jamás podríamos haberlo pagado, o creemos que sí?
Quizás luego de tanto tiempo en el camino de Dios nos parece que ya "ganamos algo", que tenemos un "puestito", en el Reino, pero lo cierto es que siempre estaremos debiéndole al Señor Jesús Su gran amor y jamás podremos pagar con una suma semejante.
¿Qué? ¿Me molesta que el Señor sea magnánimo con otro, creyéndome yo mejor?
¿Pienso que alguien me debe algo ( mayor que lo que yo le debo a Dios?)?
Pues me equivoco. Si hay algo que he descubierto es que en las parábolas del Señor todo se cumple hasta los más mínimos detalles. En la parábola se nos explica que el siervo terminaría saldando la deuda con el rey: El consiervo terminaría saldando la deuda con el consiervo.
¿Cómo, si ambos no tienen dinero?
JESUS LAS PAGÓ, ambas deudas.
En el sermón del monte se nos dice que los que tienen hambre y sed de justicia "serán hartos".
Muchas veces cuando uno sufre una injusticia piensa : que lo pague quien lo hizo.
Pero aquí la justicia es diferente. Cuando lleguemos al Reino, (digo verdaderamente, ahora estamos en la gracia pero no hemos visto cara a cara al Señor), veremos que se hizo justicia. Pero el que pagó es otro, es uno, es Jesucristo mismo. El saldó todas las deudas de todos, solo El merece  nuestra adoración, nuestro agradecimiento, y nuestra misericordia hacia los demás.  Cada vez que pienso : que fulano lo pague, me estoy olvidando de que eso también Jesús lo tuvo que pagar. La deuda está saldada, la justicia ha sido hecha ... sobre los hombros del inocente cordero de Dios.
¿Quiero más justicia? ¿Quiero ver correr sangre?
Ya corrió... y en abundancia, no agreguemos más sufrimiento a la cruz del calvario. No estimemos inútil el sacrificio de la cruz.
Oracion: Padre, te pido perdón, una vez mas, porque hasta hoy no he comprendido completamente lo que significa el verdadero perdón. He sido injusto, creyendo que yo podría establecer otros parámetros de justicia más altos que los tuyos. Eres el Único Justo, el Único que podría condenarme y en lugar de hacerlo has cargado toda esa condena sobre Ti, en la inocencia de Tu Hijo. Gracias, Señor eres el Único digno de adoración. Perdono a mi hermano, pues la justicia ha sido hecha, sobre quien no debería haber sufrido, Tú mismo. Gracias por tu misericordia, que se extiende amplia hacia mí, hacia mis hermanos, hacia todos los humanos. Dame la gracia de tener siempre esto presente, en el nombre de Jesús. Amén.