sábado, 25 de agosto de 2012

La ley de la vida y la ley de la muerte

"Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte." Romanos 8:2
Dios es Amor, y cuando recibo Su Amor, entonces entro en otro plano : el espiritual.
El Amor de Dios se manifestó en forma máxima en el momento en que Jesucristo pagó en la cruz por mis pecados. ¿Por qué lo haría? Porque en la situación "normal", "natural" del hombre, se puede hablar mucho de amor, pero el Amor de Dios es un gran desconocido. Para que el hombre pudiera disfrutar de la Bendición que es conocerle, y todo lo que eso conlleva, era necesario que el hombre pudiera reconciliarse con Dios, y él no podía, ni aún puede, por más cultura o méritos personales que desee añadir. Sin embargo, nuestro Buen Padre Celestial nos ama entrañablemente, por eso envió a su Hijo.
 Ahora bien, si ya lo tenemos, si ya hemos recibido a Jesucristo como nuestro Salvador personal, entonces "ya" hemos entrado por la puerta a una nueva dimensión de conocimiento. Ya no estamos bajo la ley. Ya no pertenecemos al mundo y sus leyes de sufrimiento y derrota. Ya hemos vencido al pecado... "en El". El es quien nos permite por Gracia entrar en esa puerta de victoria, de alegría, de perdón y paz. Dios nos ama y no desea que estemos torturándonos con cosas del pasado : "De modo que si alguno está en Cristo NUEVA CRIATURA ES,  LAS COSAS VIEJAS PASARON". Hay quienes utilizan esto para exhortar : hay que dejar las cosas del viejo hombre, y eso es cierto, pero no saben explicarlo bien : Hay que dejar de pensar como derrotados. Somos ahora victoriosos y llenos de gracia y amor, no de nosotros mismos, sino de Dios, porque El nos lo dio  DE REGALO. Eso significa la GRACIA. Gracia se usaba antes como una palabra común para designar un regalo. Ahora esa palabra la vemos solo en los libros, pero antes formaba parte del lenguaje común, quería decir algo que se da cuando la persona que lo recibe no hizo nada para obtenerlo.
Entonces, si digo creer en la gracia, ¿por qué me esfuerzo tanto en querer demostrarle a Dios que tengo alguna valía "extra"? ¿Pienso que tengo que demostrarle algo a El? O quizás he caído en el engaño de que a lo mejor algún día llegue a merecer Su Gracia, pero eso nunca sucederá.
Mi única parte es abrir la puerta de mi corazón, para salvación y mantener la puerta que comunica con Jesús siempre abierta, abierta a Sus indicaciones, abierta a Su Guía, para que me vaya bien.
La Biblia está llena de promesas  que terminan con un "para que te vaya bien", "para que hagas prosperar tu camino", etc. Esas promesas no se refieren al cielo, porque en el cielo no hay nada que "vaya mal". Esas son promesas para aquí y ahora.
Ya entré en la dimensión del cielo, ya entré a la puerta de comunicación con el Señor Dueño del Universo, El tiene grandes cosas para nosotros, y después de esta vida la vida eterna. Es una bendición continua que comenzó en el momento en que le acepté, y que continúa creciendo y creciendo hasta que el día sea perfecto.
¿Lo creo? ¿Creo que El me ha perdonado o sigo tratando de acumular méritos? No vale la pena, son inútiles todos nuestos esfuerzos. El ya nos hizo perfectos en El. "en El estamos cumplidos", estamos tan hermosos y perfectos que Dios nos ve como si viera a su Hijo Perfecto.
Entonces la Bendición es nuestra, nada puede detener que seamos bendecidos, solo nuestros miedos, nuestra falta de fe, nuestros métodos que no incluyen a Dios para hacer cosas.
Es muy importante no dejar de tener la gracia presente en nuestras vidas. Cuando dejamos de hacerlo dejamos de recibir Sus Bendiciones.
Dios desea que todo nos vaya bien aquí. Dios desea que tengamos una paz completa, sin preocupaciones de ningún tipo y que nuestros familiares estén protegidos y seguros y felices en El.
Busquemos primeramente el Reino de Dios y Su Justicia para recibir la añadidura.
Las leyes del Reino de Dios son diferentes de las que tiene el mundo. Entramos por la puerta de regalo, y seguimos caminando de regalo, sin méritos, solo creyendo y avanzando, creyendo y avanzando. Apoyándonos en El y avanzando.
No importa lo que se diga, las opiniones que oigamos a nuestro alrededor sobre lo que tendríamos que estar haciendo. Tú sigue al Señor y Su Guía, ya que El sabe por dónde te lleva.
Tampoco estés pensando en las ocasiones en las cuales le has fallado. El ya las sabía cuando decidió hablarte del Camino. Ya sabía lo que haríamos, y cuántas veces retrocederíamos.
He fallado muchas veces a Dios, y en más de una ocasión me he sentido tan derrotada que no podía ni levantar la cabeza, pero una cosa sé : Dios siempre extiende Su Mano  y me dice : "Vamos, aliéntate y continúa, porque Yo estoy contigo". Esa es la Gracia.
No midamos el camino de Dios por méritos personales, sino que es un regalo maravilloso frente al cual la única cosa correcta que se puede hacer es aceptarlo.
Oración : Señor, hace años te recibí como mi Salvador personal, pero no sé si entendí muy bien el mensaje, puesto que he seguido queriendo acumular méritos, como si esto fuera posible. Ahora entiendo que mi única parte es creer que me has hecho una nueva criatura, y aceptar verdaderamente que me amas. Quiero recibir de todo corazón Tu Amor, quiero poder abrir mi corazón para que Tu Amor entre en mi vida y yo pueda sentirlo y vivirlo. No quiero que llegada la eternidad, tengas que decirme : ¿pero, por que no disfrutaste de las bendiciones que tenía para ti, hombre (mujer) de poca fe?, ¿No había yo provisto todo para el camino? ¿Cómo no reclamaste lo que te pertenecía?
No. Quiero creer que aún para este camino todo está provisto. Que puedo pedir en Tu Nombre y recibiré, porque eres un Dios rico, no pobre o mezquino con tus hijos. Gracias, Señor, tengo confianza en Ti, sé que me amas realmente, como una madre ama a Sus Hijos, no como un orfanato recibe los suyos. Gracias, Padre Celestial, confío en Ti.
En el Nombre de Jesús, Amén.