miércoles, 8 de mayo de 2013

La Victoria

Saca mi alma de la cárcel, para que alabe tu nombre;
me rodearán los justos, porque tú me serás propicio.
 Salmo 142:7

Muchas veces el creyente puede sentir que alrededor de él se ciernen paredes invisibles de opresión mental.
Alguno puede pensar que esto sucede solo a quienes no conocen el evangelio, pero la verdad es que esto le puede suceder a cualquiera.
La diferencia entre el que conoce a Jesús y el que no lo conoce es que el primero tiene una salida : acudir a su Buen Padre.
El diablo ataca nuestra mente con pensamientos de derrota, opresión, tristeza y tentaciones varias. Pero el Señor es poderoso en todo eso pues ganó la batalla por nosotros. Tenemos la victoria en Cristo Jesús sobre toda opresión del enemigo.
És que en realidad, el poder de la cárcel mental como el de las cadenas fue derrotado en la cruz por nuestro Señor Jesucristo. Nos basta con clamar a Él, poner fe en Su obra en esa cruz y somos libres de inmediato.
Es por eso que el diablo es un ilusionista. Pretende hacernos creer que no tenemos la victoria, que estamos sometidos a nuestra carne, pero no es así. Somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó.
En consecuencia podemos cantar como el salmista : "Te alabaré para siempre, porque lo has hecho así; y esperaré en Tu Nombre, porque es bueno, delante de sus santos. Salmo 52:9