lunes, 11 de enero de 2010

¿En quién puedo confiar ?

De cuánto consuelo es la Palabra de Dios en todos los momentos de la vida del creyente !!!
En ella hallamos la frase justa, el apoyo seguro que, como Roca inconmovible de los siglos, nos sostendrá hasta que lleguemos a buen puerto, y ese puerto es el cielo.
En el salmo 94, versículo 22, se nos abre una puerta para esa relación que es íntima entre El y nosotros.
En cual de los hijos de los hombres ( es decir los seres humanos que nos rodean) podremos confiar enteramente?
Aún los amigos, o la familia, aún los mismos hermanos pueden fallar, pueden herir, pueden decepcionar. Y esto no debe desalentarnos, pues no es nada nuevo.
Es tan viejo como el mundo mismo.
Una vez, varias queridas amigas  me enviaron un PPS ( presentación power point), en la cual hablaba de las decepciones que en el camino de la vida se nos presentan, y decía que entre amigas nos apoyamos, que las amigas son más valiosas que las otras cosas.
Pues, si bien hay gente muy valiosa entre los amigos, tanto mujeres como hombres, creo firmemente que muchas veces fallamos en nuestra imperfección e humanidad. Lamentablemente muchas veces he experimentado ese vacío que nada ni nadie puede llenar de los que se encuentran aquí abajo, con las mismas necesidades que yo. Quién podrá saber exactamente de la palabra que necesito en el momento exacto y en la medida exacta de tacto? Quién podrá auxiliarme justo cuando lo estoy necesitando, sin hallarse demasiado ocupado para hacerlo? Puesto que estamos en este mundo, inmersos en ocupaciones y preocupaciones. Es imposible NUNCA fallarle a alguien.
Es por eso que mi apoyo seguro se encuentra en el Señor.
Solo El, como el salmista bien lo sabe, pues ha pasado por angustias, problemas y catástrofes en su propia vida. Por eso puede DARNOS EL CONSEJO:
Mas el Señor me ha sido por refugio
Y mi Dios por roca de mi confianza.
En otras palabras: En mi angustia extrema, en mi incertidumbre, en momentos límites, cuando todo temblaba y no había de donde asirse :  entonces elegí asirme del Señor. Busqué en El mi seguridad y mi escondedero para que la tormenta no me masacrara ni el alma ni el cuerpo.
Cuando aún quienes no le conocian no le habían dado oportunidad alguna,  ya lo juzgaron y ya lo condenaron, considerándolo menos que un deshecho entre los  no justos, el dice : Jehová me ha sido por refugio. El Señor me ha sido por refugio. A El fui, con El conté, a El le expliqué y delante de su Presencia me quejé y derramé mi corazón. ¿Quién como El? Quién oira hasta lo mas secreto de mi corazón y quién me conocerá?
Solo el Justo entre los justos. El Unico capaz de juzgar sin error (y aun así  no condena ni al más caído de los hombres).
El~Señor, sí, y solo El me ha sido por refugio. A El corrí a esconderme, y El como un escudo, como una Muralla gigante, ancha y dura como la misma roca, se interpuso entre mí y los que me acusaban, entre mí y la calamidad, entre mí y el dolor agonizante.
Entonces entendí la segunda parte del versículo que concluye: MI DIOS POR ROCA DE MI CONFIANZA.
Qué bendita Palabra !!!
Roca de mi confianza.
Allí no hay máscaras, allí no existe la sonrisa hipócrita, allí no hay cosas escondidas, ni murmuraciones sobre tu persona. En El puedes hallar el corazón sincero, el Amigo con mayúscula, Aquel en cuyos brazos te puedes entregar totalmente, sin reparos, sin asomo de alguna duda.
Pues El es esa Roca que no miente, esa Roca que no se quiebra.
Con mi esposo hemos hecho muchos paseos de senderismo entre colinas escarpadas donde aunque los caminitos están señalizados, a veces hay piedras a las que tienes que "probar" para no apoyarte mal. Pues si esa piedra en la que apoyaste tu pie no está bien fija, si se mueve, se desliza y cae, tú te caes con ella.
Roca de mi confianza : en Ti puedo dar el paso seguro.
No solo me protegerás de caer, sino que además me darás todo lo que necesito para el camino.
Dios de mi confianza, Amigo de mi alma y Amigo eterno, en Tí confío.