jueves, 28 de enero de 2010

La obediencia y la ofensa

Como cristiana, en mi camino, he cometido muchos errores. Quisiera no haberlos cometido, pero así fue.
Sin ánimo de equivocarme puedo decir que Dios no pasa a la lección siguiente, hasta que no hemos entendido  la primera. Pues yo para comprender la primera... Pase Años !!!!!
Es triste como, metidos en un embrollo de situaciones, pensamientos, insinuaciones del enemigo que no llegamos a discernir, no alcanzamos a distinguir cuál es la voz del Señor que nos llamó, cuál es su dirección en una situación específica en un momento preciso. Y, cuando lo entendemos, sea porque aún no hemos aprendido como es que Dios obra, porque no lo hemos experimentado antes, o porque nadie nos lo enseñó, en lugar de obedecerle en confianza y ciegamente, como se hace ante el consejo del Sabio de sabios, tememos y nos quedamos esperando.
¿Esperando qué?  Dios habla y nos convence de que es El. Luego de que lo hemos entendido, El se calla nuevamente.
Espera El que hagamos como dijo también a  Moisés : " Di al pueblo de Israel que marchen". Es decir : creerlo y avanzar, simplemente. Hacer lo que Dios nos dijo de hacer.
Esto es, por un lado lo mas fácil del mundo: obedecer, simplemente, no hay misterio.
Y por otro lado la cosa mas difícil  para nosotros, pues cada vez que Dios nos habla específicamente, nos da una instrucción sola. El no nos da muchas instrucciones. No nos dice que pasará después. Solo : da este paso y te daré la victoria. No nos dice cómo se desarrollará esa victoria, cómo venceremos la situación, cómo se arreglará todo.
Y nosotros, faltos de confianza en Su Sabiduría y Poder, no vemos sino las montañas. No pensamos que El tiene recursos que sacará de Su Manga cuando menos lo esperemos. Ni se nos ocurre pensar en los milagros pasados. Vemos la dificultad y esta nos achica, nos humilla, nos pierde en un mar de cavilaciones negativas.
Pues bien, esta actitud, no solo afectará nuestra propia vida negativamente. Seguro que Dios piensa, al darnos una indicación, bendecir nuestra vida, pero no solo la nuestra. El tiene un Plan que es como una trama gigante, de la cual, por supuesto, no estamos al corriente. Toda reacción nuestra tendrá consecuencias.
De obedecer, seremos de bendición. De no hacerlo, haremos daño  a más de uno.
Es por eso que Santiago dice que : "Todos ofendemos en muchas cosas". Todos, no hay quien se escape, ofendemos a los demás y no en poco sino en mucho.
Quiera Dios que aquellas personas a quienes hemos ofendido nos perdonen.
Es mi oración hoy : Que aquellos a quienes hice mal con mi falta de obediencia a Dios, puedan perdonarme.
El perdón no es de un solo lado. Cuando leemos en Marcos 11: 25 ." Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno ", Jesús no solo se refiere a que nosotros olvidemos lo que  alguno pudiera habernos hecho. Se refiere  a que oremos para que esa persona nos perdone también en lo que podamos haberle hecho nosotros.
Es que si no hay perdón mutuo no hay restauración. Si uno de los dos sigue herido, de alguna manera afectará al otro en el orden perfecto del universo bueno.
Dios es amor. ¿Cómo puedo vivir en amor si sé que hay alguien que está enojado conmigo? Si bien quizás no puedo cambiar lo que piensa o siente, sí puedo pedírselo a Dios, para que El tenga misericordia y le dé luz, y le cambie el corazón.
Solo El hace milagros, no lo olvidemos.
Es mi oración hoy que el Señor restaure a quienes herí. Que El les devuelva la paz y el completo Amor que solo viene de El.
Que les pueda usar como si nunca hubieran sido heridos.