martes, 27 de agosto de 2013

CAMINANDO POR FE

Y ... sacó el Señor ( a Adán) del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.
Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines,
y una espada encendida que se revolvía por todos lados,
para guardar el camino del árbol de la vida."
Génesis 3:23-24

 A veces quisiéramos tener la máquina del tiempo.
Para no decir aquella palabra que supimos después fue hiriente.
Para tomar la decisión correcta en el momento correcto, cuando había que caminar por fe y no por vista, y no le creímos a Dios.
Cumplir el mandamiento a tiempo, antes de que el error nos alcanzara.
Sin embargo, aunque si Dios quisiera podría hacernos regresar en el tiempo, no lo hace.
Dios no usa esos métodos, porque tiene otros.
Dios desea enseñarnos a caminar por fe y a obedecer por fe.
Aquellos que obedecen por fe, sin comprender, confiando en que lo que Dios tiene detrás de alguna indicación importante, es mejor aún de lo que han pedido, son los que alcanzan las promesas.
Si Dios deseara una vida sin errores de nuestra parte, si Dios se complaciera en una página sin borrones, entonces Él mismo habría hecho que Adán y Eva retrocedieran en el tiempo con el conocimiento que tenían de las consecuencias de su error, y aún estaríamos en el Edén.
Pero aunque no era la voluntad de Dios que Adán y Eva pecaran, Dios lo permitió, y sacó detrás de ello UN PLAN MAYOR (plan que ya había preparado de antemano, pero eso Adán y Eva no lo sabían).
Ese plan mayor, al que en más de una ocasión se le ha llamado "plan B", es aún más glorioso que el primero.
Sin embargo, Adán y Eva, podrían haber hecho como hacemos nosotros tantas veces : seguir soñando con el Edén perdido, y no mirar hacia adelante.
Para fortuna suya, Dios los sacó del Edén, y no les permitió volver allí.
¿Por qué? Porque Dios nunca se queda estancado en el pasado.
Él dice : Hacia atrás no puedes volver. Es más : si volvieras atrás y arreglaras tus errores, no lo estarías haciendo por fe, sino por vista, y Mi Deseo es que aprendas a creerme y obedecerme a Mí, no a las circunstancias porque te parezcan favorables.
Veamos : Dios quiere darnos las peticiones de nuestro corazón. Está en Su Propósito hacernos felices. Pero no lo hará por el método de la vista.
Aquello que ya sabemos que es bueno, ya no sirve como prueba. El Señor desea hacernos creer en algo cuya apariencia no nos inspira. Solo porque Él lo dice, debemos caminar y creer en eso nuevo que Él pone delante nuestro.
Ahora bien. El desafío es el siguiente. Ya sabes que cuando Dios dice una cosa es cierta. La experiencia te ha mostrado que si Él dice que detrás de aquella roca hay un pan escondido, es cierto, aunque a ti te parezca que no.
Entonces hoy Dios te dice : Bueno, hijo, ya que en el pasado no me creíste, pero luego viste que Yo tenía razón, ahora obedéceme en esto que a ti te parece que no es lo mejor.
Porque no son las circunstancias ni las personas a quienes debemos adorar. Es Dios quien transforma a las personas y es Dios quien cambia las circunstancias.
Dios desea que sepamos y comprendamos esto : Él puede crear lo que desee, donde quiera y con quien Él quiera, pues es Él el creador.
"Reconoced que Jehová es Dios, Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos" Salmo 100:3
Dios sigue siendo creador, Él sigue creando.
Creó un Abraham dentro de un Abram. Creó un Israel dentro de un Jacob. Creó un Pablo donde antes había solo un Saulo. Y la obra sigue.
Nuestra parte es : primero orar, creyendo en nuestro corazón. Luego alimentarnos de esa palabra que nos alienta a seguir esperando la respuesta.
Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz (Hebreos 4:12) La Palabra de Dios está viva y "trabaja" en Su Nombre a favor de aquello que Él promete.
Siempre tenemos que obedecer a la Palabra, cuando aún no veamos los resultados. Si los viéramos, ya no sería fe, sería vista.
Y en ese proceso somos transformados en personas de fe. Personas que no creíamos que fuésemos capaces de ser, y que sin el Señor jamás seríamos.
Así que nuestra parte es confiar en Dios para pasar a otro nivel. Para sobreponernos a nosotros mismos, a nuestras ideas, y a nuestras apreciaciones limitadas sobre circunstancias y personas. Debemos hacer como nuestro Padre : ver más allá de lo que pensamos o percibimos, para ser transformadores como Él es transformador.
Oración : Padre Celestial, hoy me doy cuenta de que he tenido una visión limitada. Siempre he tenido la impresión de que las personas y circunstancias que me rodean serán siempre iguales. Pero hoy, motivado por tu Palabra me doy cuenta de que eres Tú quien transforma a las personas según Tu Propósito.
No hay "gente peor y gente mejor", sino personas que han sido transformadas, o están en proceso de serlo y otros que no lo han sido aún, pero que por fe pueden alcanzarlo.
Ahora reconozco que Tú eres mi Dios, no fulano ni mengano. NO la situación tal o cual. Tú eres mi Señor y Tú puedes hacer lo que deseas con quien quieras.
Así que te confío esta situación ... y (o) persona (s). Sé que estás escuchando porque Tú prometes que estás cercano (y no lejano) (Sal. 145:18), y que todo lo que pida en oración creyendo lo recibiré (Marcos 11:24). Así que ahora tomo por la fe la transformación que te pedí de acuerdo a tu Palabra.
Ahora me decido a cambiar. A pasar de incrédulo a fiel, y de alguien dudoso a alguien que se afirma en tus promesas. Me comprometo a declarar cada día lo que me has prometido y a esperar confiando en Tu Fidelidad. Me comprometo también a obedecer toda indicación que me des al respecto, porque sé que todo lo que Tú me indiques será una estrategia para que el diablo no me pueda destruir, ni a mí, ni a mis seres queridos, ni a mi vida en alguna manera.
Daré un paso de fe y te obedeceré, Señor, aunque al principio me parezca desagradable o incomprensible lo que me pidas. Confiaré en Ti, porque sé que me amas, que eres bueno y que deseas verdaderamente que yo sea feliz en todas las áreas de mi vida. En el Nombre de Jesús, Amén.