domingo, 14 de marzo de 2010

La Bondad de Dios

"Bendice, alma mía, al Señor ; y bendigan todas mis entrañas Su Santo Nombre.
Bendice, alma mía, al Señor y no olvides NINGUNO de Sus beneficios.
El es Quien perdona todas tus iniquidades. El que sana todas tus dolencias.
El que rescata del hoyo tu vida. El que te corona de favores y misericordias.
El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila." Sal.103:1-5
Si pudiera hacer de este trozo del salmo 103 una canción para recitar cada día, pues simplemente estaría reconociendo y honrando a Aquel que tanto me ha dado y me da. A Aquel que es mi mejor Amigo. A Aquel que no abandona jamás, aunque nosotros le abandonemos.
Porque es alguien fiel. Viste esa palabrita? Sí, hablo de : fiel. Es una palabra que no es usa demasiado en estos tiempos. Nosotros hacemos promesas que muchas veces no cumpliremos. Nosotros podemos ser hoy sí, y mañana, por diferentes circunstancias, no. Somos variables como las olas del mar, nuestros sentimientos van y vienen, nuestras ideas pueden transformarse quizás debido a un cambio de clima o a una situación que nos haya revolucionado la vida. Nosotros cambiamos.
Pero Dios no cambia. El NO NECESITA EVOLUCIONAR. EL YA ES PERFECTO ASI, YA ESTA EN EL NIVEL MAXIMO DEL BIEN Y DEL AMOR ASI COMO ESTA. Y, de hecho, como siempre lo ha estado.
Por eso cuando El promete una cosa, SIEMPRE LA CUMPLE. No importa lo que parezca ser. No importan las apariencias, las modas, lo negativo dando la impresión de ser permanente. El es Fiel. Si El prometió una cosa y nosotros la creemos, pues es nuestra.
Solo tenemos que creer y pedir.
Creer, o confiar que es parecido, en lo que El dice, como la Verdad.
Pero para poder confiar, a mí me hacía falta comprender que Dios es bueno.
Viste cuando decís de una persona : es tan bueno que es un pan !!!
Bueno, de esa bondad hablo.
Es esa Bondad Suprema, ese Buen Corazón que El tiene en forma natural, la que me permite confiar.
Porque se que El no me mentiría. Es incapaz.
Se que El no me defraudaría. Antes cambiaría de nombre. Dejaría de ser Dios.
El no falla.
Allí está mi Gran Amigo. Con El puedo atravesar el océano, volver por donde vine, sabiendo que El viaja conmigo. Es mas, que El ya prepara delante mío todo lo BUENO que me quiere regalar.
Por eso hoy simplemente quiero bendecirle.
Agradecer es poco. Quiero decir bien de El   que es lo que significa bendecir.
Quiero cantar las palabras de este salmo 103:
BENDICE ALMA MIA AL SEÑOR Y BENDIGAN TODAS MIS ENTRAÑAS (TODO MI SER DESDE LO MAS PROFUNDO) SU SANTO NOMBRE
BENDICE ALMA MIA AL SEÑOR Y NO OLVIDES NINGUNO DE SUS BENEFICIOS.
No quiero olvidar ninguno de Tus beneficios con que me colmas, Dios. No quiero olvidarte a Ti, mi Benefactor. No quiero "acomodarme" a todos tus regalos, olvidándome del Dador, que eres Tú.
BENDICE, ALMA MIA, AL SEÑOR.
Y no solo hoy, sino cada día, cada minuto, cada segundo, cada aliento que me quede para respirar. Que ese aliento sea uno de amor hacia Ti, Señor Amoroso, y Padre Hermoso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario