martes, 2 de julio de 2013

Luces en el mundo

Vosotros sois la luz del mundo,
una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
Mateo 5:14





La luz no sirve para nada debajo de un mueble, donde se le impide brillar.
Puede que las circunstancias parezcan difíciles, pero no eres tú el dueño de la luz, sino Dios. No porque sientas algún tipo de presión tu luz tiene que dejar de brillar, porque puede haber alguien que la esté necesitando, justo hoy que decidiste quitarla de circulación.
Brilla a tiempo y a destiempo, en lugares áridos y en caminos soleados. Junto a mantantiales pero también bajo las tormentas.
Justamente, es en momentos de adversidad cuando la luz se necesita más, cuando hay pocos que se animan a brillar. Tú puedes ser uno de ellos.
No te desanimes. Continúa brillando que, no importa lo que parezca, cada acto tuyo hecho para el Señor tiene su recompensa.
Permítete renovar la visión, alentarte y respirar, para luego seguir avanzando. Permítete gozarte y alegrarte en el premio que viene a aquellos que permanecen firmes haciendo la voluntad de Dios.
Fortalecido en Su Palabra, alimentado con la consolación de la recompensa, continúa con lo que estabas haciendo, porque no eras tú quien lo ideó, sino el Señor mismo quien te lo dio.
A veces pensamos que somos dueños de los dones que tenemos, pero en realidad ellos no nos pertenecen. Quien los creó es el Señor, y a Él daremos cuenta por su uso ... o la falta de él.
No estamos aquí para agradarnos a nosotros mismos, para alejarnos de los problemas y vivir nuestra vida en completa paz, sino para cumplir con el propósito por el cual Dios nos llamó. Y esto en más de una ocasión nos traerá problemas. Pero esos problemas no son nada en comparación con la recompensa que tendremos cuando terminemos nuestras labores aquí.
Así que ve nuevamente a las promesas de tu Dios.
Ven a alimentarte nuevamente de Su Fuente infinita, y beber agua abundante hasta que tu alma desborde.
Ven a tomar fuerzas en Sus Propósitos, aliento en Sus Palabras, visión en Su Visión.
No serás defraudado cuando pongas tus ojos en Él, pues Su Mirada es poderosa para destruir todo lo malo de tu vida y crear en ti una disposición de corazón que pensabas no estabas capacitado para tener.
Y luego, fortalecido en Él, bajo Su aliento, bajo Su Unción protectora, y rodeado de Su Presencia, ponte de pie, levanta la luz que Él te dio en alto, y continúa avanzando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario