lunes, 17 de mayo de 2010

PAZ Y LIBERTAD

En este mundo tantas cosas nos atan que hablar de libertad es como hablar de una utopía. Nos sentimos atados a lugares, a personas y a cosas. Nos parece que sin ellas no sobreviviríamos. Nos acostumbramos a una manera de rutina, a un cuadro en el cual funcionamos y, cuando un ingrediente de ese cuadro nos es quitado, o simplemente desplazado un poquito, pues nos perdemos. Nos sentimos infinitamente perdidos.
Pero la más amenazante de las cadenas que nos impiden sentir una paz verdadera en todo momento, y creer que para  nosotros TODO ES POSIBLE, es una llamada : MIEDO.
El miedo a que alguno de los ingredientes de nuestra vida pudiera cambiar para mal, nos paraliza para no intentar un cambio que quizás nos produciría una cosecha de BIEN.
Pedro, cuando vio al Señor Jesús andar sobre el agua, siempre impulsivo, lo primero que pensó fue, pero yo también quiero hacer ESO! Y lo pidió. Inmediatamente después de haberlo pedido lo obtuvo. Es importante resaltar eso. Ver que aunque Jesús sabía que Pedro era un impulsivo, no le dijo no. A Dios le gustó la fe de Pedro. Por eso cada vez que queremos algo que a ojos de otros parece imposible y que quizás a los nuestros, naturalmente hablando, sería ilógico, es bueno que tengamos presente una cosa importante : creamos que Dios es capaz de hacerla. Eso agrada al Señor.
Claro, siempre estoy hablando de cosas buenas. No voy a pedirle al Señor que me ayude a robar un banco y esperar que su bendición esté conmigo, claro que no.
Pero a veces, con nuestra extremo temor de que "no sea la voluntad de Dios", ya lo estamos limitando.
En el caso de Pedro, vemos que ni siquiera se le ocurrió preguntar si estaría en el Propósito de Dios que él caminara sobre las aguas. Le pareció un desafío y quiso aceptarlo.
Jesús aceptó la fe de Pedro y le dijo por toda respuesta :"Ven"
Vamos, hijo, que quieres que haga hoy por ti?, pregunta el Padre con voz verdadera, de la cual no tendríamos que tener ninguna duda que es cierta.
Cuánto nos gana el diablo metiéndonos la duda y el miedo! Y si... Y si no me sale bien? Y si no es la voluntad de Dios? Y si no sé como pedir? Y si estoy pecando con lo que pido?
Pues pide y luego verás, caramba. Quien no intenta no llega a nada. Confía luego en Dios, Quien te contestará.
Meditemos, antes de dudar, en algunas de las cosas que  pasaron mientras el Hijo de Dios caminó por aquí.
Lee las anécdotas de los enfermos que se cruzaron en la vida de Jesús. No hay uno solo de ellos, que pidiera ayuda, a quien no se le fuera contestado ... con curación.
Mira los endemoniados, ( hoy diríamos eszquizofrénicos, locos, malvados, asesinos en serie, etc), que vinieron a Jesús o por quienes sus padres o familiares vinieron pidiendo liberación : TODOS FUERON LIBERADOS.
No te pierdas la multitud, que no pidió nada por sí misma pero de quien Jesus sabía que TENIAN HAMBRE : TODOS COMIERON Y SOBRO.
Hubo alguno que se quedara sin respuesta positiva a su problema?
NO.
Entonces, por qué cuando yo vengo con el mío, me parece que el Jesús de la Biblia debe haber cambiado, solamente por que no puedo verlo?
A eso Jesús lo llamó : incredulidad.
Pedro mismo, después de haber marchado un poquito sobre las aguas ( estaba contentísimo, imaginémonos nosotros haciendo lo mismo), en determinado momento dejó de mirar al Maestro. Y vio el viento, y vio que las aguas estaban agitadas ( trasladandolo a lo que nos pasa, sería : escuchó los consejos negativos, observó el pronóstico del tiempo, prestó atención a las noticias nefastas del informativo y se alimentó de mucha ciencia humana... limitada), y empezó a hundirse, solo que Jesús no lo permitió. Allí estaba el buen Maestro, siempre fiel, para tomarle de la mano y sostenerle a fin de que no se ahogara. y luego le dijo :   Por qué dudaste, hombre de poca fe?
No le dijo: por qué me pediste algo tan grande que no iba a poder dártelo? Eso nunca saldría de Sus benditos labios.
Dios honra la fe. Más fe tenemos en El, más le permitimos que obre en nuestras vidas, más victoria tendremos y más dificultades venceremos.
Aumentemos nuestra fe. Lancémonos a pedir confiando. Salgamos de la barca de la seguridad aparente, pero de fracaso y emprendamos el desafío de aquello que sabemos que queremos, pero que no nos animamos a pedir... por miedo a fracasar. Y luego, sigamos firmes, sobre la Roca de la Palabra, declarando con nuestra boca que Dios es bueno. Que lo que El prometió se cumple en nuestra vida.
Y seremos libres. Estaremos por encima de las dificultades que hacen tanto daño a otros que no tienen fe. Caminaremos en victoria sin que haya explicación lógica en la sabiduría de este mundo. Porque será algo que realmente  NO TIENE EXPLICACION. Porque vendrá de El. De Su Lógica. De Su Poder. De Su Sabiduría.
Y no olvidemos que es la Sabiduría del que creó este mundo, desde el mas ínfimo detalle.

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